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La hipocresía del presidente de la FIA, Max Mosley, no conoce límites y después de inhabilitar de por vida a Flavio Briatore acaba de asegurar que le parece “triste” que su viejo enemigo deje la Fórmula 1.
“Es triste porque ha estado en el automovilismo más de 20 años. Es triste que una carrera termine así pero ¿qué otra cosa podíamos hacer? No había otra alternativa”
A pesar de su ‘tristeza’ por la marcha de Flavio, Max Mosley ha reiterado que la inhabilitación del italiano fue la decisión correcta:
“La culpa recayó donde debía recaer y fue la decisión más correcta”
Lo cierto es que muchos daban por muerto a Max Mosley cuando se montó aquella fiesta con prostitutas o cuando las escuderías plantearon un mundial paralelo a la Fórmula 1.
Pero el jefe de la FIA resistió, al menos hasta octubre, y ha sabido vengarse cortando las cabezas de sus grandes enemigos.
Primero fue el director de McLaren, Ron Dennis, quien tuvo que dejar su cargo en marzo para evitar una sanción a su escudería y ahora ha sido Briatore el sacrificado para salvar a Renault.
Montezemolo, presidente de Ferrari, tiene suerte de que Mosley ya no seguirá en 2010 porque a este paso seguro que su cabeza era la siguiente en la lista del inglés.